Para quien me haya leído otras veces sabe que siempre escribo sobre lo que siento, sobre lo que vivo, sobre lo que reflexiono, sobre lo que aprendo… porque solo cuando lo hago desde ahí, creo que puedo aportar algo al mundo, desde mi verdad, desde muy dentro de mí.
Estos días he reflexionado mucho sobre lo importante que es, para acompañar a alguien que esté viviendo una situación difícil, ya sea un amig@, la pareja, un@ hij@, un familiar…estar conectad@ contigo y aceptar y hacerte cargo del malestar que produce en ti el malestar de la otra persona.
Cuando atraviesas una situación difícil, te encuentras que muchas personas que te rodean te dicen cosas como: tranquil@, no te preocupes, que todo va a salir bien…A mí me enfada y no me ayuda a transitar la situación. Sé que la intención de estas personas es siempre buena, y no dudo en que deseen mi bienestar y animarme, pero me enfado porque siento que la principal razón por la que me acompañan de esa manera, es por su propio bienestar, porque sufren por mi malestar y mi dolor.
Y lo entiendo, y me enternece también ver esa parte, pero no ayuda, El pedir que esté tranquila, aumenta mi intranquilidad y mi malestar, porque además de encontrarme mal me siento culpable y frustrada por no poder tranquilizarme.
Por eso os animo a que cuando estéis acompañando a alguien que atraviesa una situación difícil, antes de pedirle que se tranquilice, que no llore, que regule su malestar… mires, atiendas y te ocupes de las emociones que genera en ti, cuando esa persona está intranquila y sufre. Esa persona es muy valiente por expresar como se siente, por emocionarse, por reconocer su malestar. Es de valientes compartir un momento difícil con las emociones a flor de piel, no lo olvides.
Maria Aguado es psicóloga registrada en el Colegio Oficial de Psicólogos de Madrid. Especialista en terapias para personas con alta sensibilidad, para afrontar procesos de duelo o Abuso narcisista, y maternidad consciente.